¡Felicidades España!

No siempre el buen trabajo es recompensado en el momento. Muchas veces es necesaria la perspectiva del tiempo y la persistencia en un objetivo para obtener la gloria y el reconocimiento que dan la victoria.

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El deporte y la gestión empresarial siempre han sido reflejos de un mismo espejo. En ambas caras de la moneda, el “jugador/a” se enfrenta primero al dilema de decidir si quiere sacrificar parte de su vida a un objetivo concreto. Tras la dura elección, llega la hora del “entrenamiento”; la preparación y la planificación necesarias para superar cualquier obstáculo que se encuentre en el sinuoso camino.

El “jugador” debe sufrir el amargo sabor de la derrota y la frustración antes de alcanzar el objetivo. Así ha sido y así debe ser, mal que le pese.

Ayer por la noche, la TVE retransmitía la final y posterior victoria de la selección española de Basket femenino, tras imponerse a Francia por 20 puntos (86-66), demostrando la teoría de que con persistencia y dedicación se puede alcanzar cualquier meta.

Lo primero es felicitar a todo el equipo, que luchando contra “viento y marea” (o traducido, «contra sponsors y derechos de retransmisión”), han llegado a la cumbre del deporte mundial. E insisto en felicitar y no dar la enhorabuena, dado que ésta es la cuarta ocasión que levantan la ansiada copa; aunque es posible que mucha gente ni siquiera lo supiese hasta ayer.

Este 2019 se empiezan a reconocer los méritos de muchas deportistas que llevan años compitiendo a un nivel más que profesional, sin esperar a cambio ni un ápice de lo que se remunera en su homólogo masculino. Apenas un tibio reconocimiento constitucional con cada gesta lograda.

Telecinco ya ha anunciado la retransmisión de la liga IBERDROLA (de futbol femenino), fundada allá por el 1988 y que, a pesar de contar con una recua de fans (tanto hombres como mujeres) no han comenzado a sentir un apoyo mediático hasta hace bien poco.

Pero hoy no es un día de reproches, hoy es un día de celebración y reconocimiento. Como el que debemos darle a la jugadora Laia Palau, que a sus 39 años suma ya su duodécima medalla, superando incluso al gran Gasol en medallero; o a Marta Xargay que encestó 23 puntos, convirtiéndose en una de las mejores del partido.

Así que, tras lograr el primer doblete europeo en 28 años y, teniendo en cuenta que ninguna otra selección había conseguido dos títulos continentales seguidos desde la URSS, creo que simplemente nos despedimos diciendo:

¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES CHICAS!  

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