Congeniar al 100% con todo el mundo es difícil. Mientras que en tu día a día puedes evitar estar con personas que te pueden incomodar, en tu jornada laboral es más complicado.
Encontrarse con compañeros con los que no tienes nada en común o personas tóxicas con las que has tenido alguna que otra tirantez es muy normal y por ello, hay que saber manejar esas situaciones para que no afecten más de lo normal a tu rendimiento.
La comprensión y adaptación es la base de todas las relaciones sociales. Siendo empáticos podemos entender cómo se siente el otro y responder acorde sus sentimientos para que se sienta comprendido.
Ser empático tiene varias ventajas:
1º Aumentarás tu capacidad de liderazgo y motivación consiguiendo una mejor relación con tus compañeros.
2º Caerás mejor a la gente al saber conectar mejor con ellos.
3º Mejorarás tu capacidad de persuasión al saber qué necesita el contrario.
4º A través del lenguaje no verbal podrás saber rápidamente qué les pasa a los demás.
Para mejorar tu empatía y aprender a ponerse en el lugar del otro existen varios ejercicios que pueden ayudar a conseguirlo:
1º Intenta imaginarte que puede llevar al otro a comportarse de la forma que lo hace.
2º No todo es lenguaje verbal. Escucha y fíjate en la información que de forma inconsciente trasladamos: postura, expresión, mirada…
3º Haz que la otra persona que sienta segura y ponga de su parte para mejorar la relación.
4º Cuando te cuente alguna situación que muestre emociones reformula su mensaje añadiendo la emoción que creas que está experimentando para que se sienta más comprendido.
5º No expongas tus conclusiones ya que puede sentirse amenazado por tu respuesta y se cerrará.